Nos molestan las mentiras; cosa que pone energúmena a una mujer es que le quieran ver la cara como se dice vulgarmente; en ese caso preferimos la honestidad y el respeto que sean claros que sean sinceros que sean frenteros y que nos dejen elegir a nosotros si queremos continuar ahí o no.
Pero que no subestimen nuestra inteligencia, nos molesta la inseguridad en un hombre por el contrario nos atrae la fortaleza emocional que puede haber en un chico, también cosa que odiamos es un hombre arrogante, pedante y prepotente. De misma manera odiamos al hombre cuya conducta es inapropiada hacia otras personas, el que sea despectivo, que no reconozca sus errores, que pierda los estribos al momento en que las cosas no le salen a su favor.
Nos molesta el hombre fanfarrón que alardea de lo que es y de lo que no es. Y bien lo dice un viejo adagio “Dime de qué presumes y te diré de qué careces” Nos molesta el hombre intenso no fastidia, nos hostiga que escriba que nos llame 24 horas al día, los 7 días de la semana y que sólo exprese sandeces.
Odiamos al hombre impuntual, que rompa promesas y que sea ambiguo; nos molesta un hombre que no brinda su atención, que no escucha y en su lugar hace uso de su teléfono celular dando a entender que no le importa nuestra presencia y prefiere invertir su tiempo haciendo otras cosas. Otro punto que molesta es el hombre perezoso, que no tenga ambiciones, aspiraciones y es ahí cuando preferimos al hombre que tenga iniciativa. Pues los hombres flojos, vagos y mantenidos se convierten en un lastre.
Y ya para finalizar quiero hacerlo con broche de oro he dejado para el final el punto que más nos molesta, más nos fastidia de los hombres y es que nos quieran robar identidad, aquel hombre que sólo te quiere ver como ama de casa, como el objeto sexual, como la madre de sus hijos, como la que le sirve, le atiende, sin derecho a refutar, aquel hombre que pretende dirigir tu forma de vestir, tu forma de calzar, tu forma de hablar y hasta de actuar.
By: L. Nayiber Otavo R / Psicóloga
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